La Televisión es un medio de comunicación de masas, presenta estímulos
audiovisuales que la permiten situarse sobre los otros medios de comunicación,
ya que “Una imagen vale más que mil palabras”. Penetra en el hogar, en la vida
diaria y llega a formar parte del cúmulo de hábitos de cualquier persona de
nuestra época. Sin embargo, por poseer esas características y por tener la facilidad de llegar a la mayoría de la población se ha transformado en un arma de doble filo dada la calidad de programación que transmite sin considerar que, en la mayoría de los casos, sus
espectadores son niños que no se dan cuenta ni de lo que ven.
Es indudable, que la TV constituye una fuente efectiva en la creación y
formación de actitudes en los niños, ya que desde temprana edad, son sometidos
a su influencia sin poseer otro tipo de información.
A partir de los 4 a 5 años de edad,
se establecen los hábitos permanentes y las características emocionales,
teniendo un papel importante la imitación y la identificación. Los niños
tienden a identificarse con sus padres, con las personas más cercanas a su entorno
de vida: maestros, familiares o incluso algún personaje de la TV ,esto ocurre
en forma inconsciente. Al contrario que la imitación que se produce de manera consciente.
¿CUÁL
ES LA RAZÓN POR LA QUE LOS NIÑOS VEN LA Televisión?, a esta pregunta la podemos contestar
con numerosas respuestas: los niños ven la Televisión para distraerse, obtener
información…pero también influyen los factores externos al niño, éstos ven la
televisión porque no les queda otro remedio, porque sus padres se la ponen para
que se entretengan viéndola y nos los moleste mientras ellos están haciendo
otras cosas o descansando, muchas veces la TV es la única compañía que tiene el
niño, y a veces se convierte incluso en su niñera, pasando así el niño largas horas frente al televisor tragándose todo lo que le pongan.
Tenemos que tener en cuenta que la televisión en sí no es un medio de comunicación con efectos negativos sino que depende de los factores externos (la autoridad de los padres, las horas que ven la televisión, la programación...en definitiva la influencia del entorno)
Actualmente hay una gran variabilidad de programas que se emiten a todas horas y pueden ser buenos o malos, por ejemplo muchos padres ponen el Disney Channel a sus hijos porque es para niños, pero si se parasen a verlo se darían cuenta de que muchas de las series que ponen no son adecuadas para niños ni de infantil ni de primaria, ya que son series que poseen un contenido adecuado para jóvenes de casi los últimos años de la ESO.
Pero no solo es ese el problema, sino que si miramos a nuestro alrededor los niños prefieren jugar a la Play que salir con sus amigos a jugar.
Nosotros futuros maestros y maestras debemos pararnos a pensar sobre este hecho, al igual que aquellos padres que muchas veces permiten que sus hijo vean muchas horas de televisión.
Quien debe educar a los niños son la familia y la escuela, no la televisión.