jueves, 10 de marzo de 2011

EL SÍNDROME DEL EMPERADOR

Cada vez conocemos más casos de niños que se comportan como auténticos tiranos con sus padres y que llegan a tenerlos realmente atemorizados.




1. ¿Qué es el síndrome del emperador?

Definimos el síndrome del emperador como el maltrato que algunos niños y adolescentes ejercen sobre sus padres. También, puede darse en personas adultas, pero es menos frecuente.

Hay que distinguir entre el maltrato psicológico y el físico.

El maltrato psicológico se realiza mediante desprecios, ironías, insultos, ridiculizando a los padres, riéndose de ellos o haciéndoles sentir malos padres y culpables de sus fracasos y desgracias.

Este tipo de maltrato también se realiza a través de intimidaciones como amenazar con ponerlos en evidencia delante de otras personas o con ridiculizarlos en lugares públicos. Por otro lado, nos encontramos ante el maltrato físico que es el caso extremo de síndrome del emperador.

Ante esta situación los padres no saben cómo actuar ni dónde pedir ayuda, sienten miedo de sus propios hijos y no saben cómo protegerse de ellos. Normalmente, es algo que tratan de ocultar, en ocasiones para proteger a sus hijos y, otras veces, por vergüenza o por sentimiento de culpa.

Este tipo de comportamiento, por lo general, suele ser la consecuencia directa de algún tipo de problema psicológico, de carencias educativas o de una mayor permisividad social.

2. Causas que lo originan

- Carencias educativas.
- Temor a los propios hijos y a sus reacciones.
- Carencia de criterios morales.
- Mayor permisividad social.

3. Cómo evitarlo

Los hijos necesitan que les guíen en su comportamiento y formas de actuar. Necesitan que les marquen unas directrices para aprender a distinguir lo que está bien de lo que está mal. Se empieza con detalles más pequeños como desobedecer a la hora de irse a la cama, de regresar a casa, de "hacer el cuarto", para continuar teniendo comportamientos negativos en temas más serios como faltar el respeto a los padres, imponer sus deseos, conseguir de los padres todos sus caprichos, etc.

En casos extremos, si no se corrigen este tipo de conductas pueden dar lugar a conductas futuras más agresivas.

Hay que poner límites a los hijos y saber decirles "no" sin temor a que eso origine una disputa.

No podemos permitir que no cumplan con lo establecido, ellos tienen unas mínimas obligaciones que cumplir y los padres son los encargados de hacer que las cumplan.

En caso contrario, los padres perderían todo tipo de autoridad y, probablemente, se llegaría a la falta de respeto. Es importante tener una visión de futuro y si observamos que nuestros hijos tienen comportamientos tiranos con nosotros o con los demás no debemos permitirlo. Ese tipo de actitudes no se corrigen solas, tenemos que intervenir para evitarlas, de lo contrario tan sólo conseguiremos que nuestros hijos sean unos auténticos maltratadores.

No obstante, no podemos culpar siempre a los padres de estas situaciones. Los niños con síndrome del emperador no son simples niños malcriados, aunque a veces se confundan estos términos.

Los jóvenes que padecen este síndrome no sienten como los demás las emociones morales y aunque la educación tiene un papel muy importante, no hay que olvidar que estos niños tienen unas deficiencias emocionales de carácter biológico.






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